Aquí tienes tres fragmentos de la obra teatral en verso y en tono de comedia romántica.
El primero es la introducción del narrador, el segundo narra el momento en el que Jeromín y Magdalena se conocen ¡FLECHAZO! (están acompañados de los primos de ella: Pedro y Aldonza) y el tercero que es el sueño de Don Alonso, tío de la joven, mientras está en la cama con su esposa Inés y sueña con la aparición de Alvar, su cuñado y padre de Magdalena.
I Concurso ¡Anímate con el verso de la leyenda!
Si te animas y te grabas un audio del fragmento con tus amigos, premiaremos la mejor interpretación con un fin de semana en apartamento rural en Pasarón para dos personas. Bases al final del texto
1. Prólogo (1 personaje)
Comienza la representación. Un narrador entra en escena.
NARRADOR: Buenos días tengan, gentes,
de Pasarón y de fuera.
Les pondré en antecedentes
de lo que aquí les espera.
Una leyenda que narra
los amores imposibles
entre un supuesto macarra
y una chica con posibles.
¿Conocen a Carlos Quinto,
nuestro rey emperador?
Fue más Austria que Borbón…
pero no era muy distinto.
La leyenda le atribuye
que se iba de picos pardos,
y eso al final siempre incluye
que nazca un hijo bastardo.
Carlos, rey emperador,
le da sustento y tutor,
y así su conciencia lava:
su deber aquí se acaba.
¡Nada de darle su nombre!
Le pone con retintín
y un poco de mala baba,
un nombre que es hecatombe:
el nombre de Jeromín.
Nadie sabe de su cuna,
de su edad ni de su alteza,
el chaval está en la luna
y está hecho una buena pieza:
a unos les pega patadas,
a otros pone zancadillas
y va levantando faldas
por doquier a las chiquillas.
(Confidencial) En los siglos que vendrán
confundiremos, en fin,
diabluras de Jeromín
con trastadas de Froilán.
Al otro lado del «ring»,
en el mismo territorio,
al chico le hará tilín
y causará gran trastorno
por su belleza serena
la hija de Alvar de Osorio,
nieta del conde de Osorno,
que atiende por Magdalena.
Uno allá por Leganés,
luego por Villagarcía
Magdalena en Galisteo,
pues más lejos no lo había…
Su mundo quedó al revés
al pasar un veraneo.
El palacio en Pasarón
lo ocupaba don Alonso,
que de Magdalena es tío,
y se le ocurre, un estío,
como aquel que tiene un pronto,
aliviar el sofocón
de su cuadra de sobrinos.
Puesto que es grande el palacio
y a él le sobra mucho espacio,
en gesto caballeresco
y queriendo hacerse el fino
les lanza una invitación:
venid a tomar el fresco.
Cerca del lugar, en Yuste,
descansa el emperador,
y viene alguna persona
que es cercana a la Corona,
para que a Carlos le guste
o por pedirle un favor.
También don Luis de Quijada,
de Jeromín el mentor
y allegado a la corona,
a una casa de la zona
con su tutelado vino
por orden de su señor,
sin imaginarse nada
de cuál iba a ser su sino.
Y todo sucede en torno
del hijo bastardo aquel
y la nieta del de Osorno.
Si hay virtud que la distinga
es que ella es pura cayena.
¡La pobre tiene un papel…!
Es un papel que se pringa
el papel de Magdalena.
Fragmento del primer acto (5 personajes)
Jeromín y Magdalena: El flechazo
La recién llegada Magdalena y su prima Aldonza conversan en la plaza junto a la fuente. En eso que llega de cazar Jeromín, en compañía de Pedro, el hermano de Aldonza. El flechazo es instantáneo y de tal intensidad, que si no es por la aparición de Don Alonso, se comerían el uno al otro allí mismo.
MAGDALENA: ¿Y entre los chavales nuevos…
destaca algún paladín?
ALDONZA: Hablan de un tal Jeromín (con tonito)
que es alegre, que es valiente…
MAGDALENA: ¿Y a qué viene el retintín?
ALDONZA: Que tiene sangre caliente
y se trae mucho ajetreo.
MAGDALENA: No sé, Aldonza, si te entiendo.
ALDONZA: Que es un poco mujeriego.
MAGDALENA: Sí que te entendí. ¡Es tremendo!
¿Cómo lo sabes…?
ALDONZA: De oídas.
Se oye bullicio de jóvenes a caballo. Llegan también algunas mozas por otro lateral, como curiosas por la llegada de los caballeros.
ALDONZA: Pero calma tu inquietud.
Tú dale la bienvenida
y se lo preguntas tú…
y ya, que te cuente él.
(Señala al lateral)
Es ese de aquel corcel.
Entran a caballo varios jóvenes, entre ellos Pedro, hermano de Aldonza, y Jeromín. En cuanto entran en escena, Magdalena y Jeromín no se quitan ojo.
PEDRO: No hemos cobrado una pieza
para comer en la cena.
Menos mal que al fin el día
en este momento empieza
a concederme alegría.
(Bajando del caballo)
¡Un abrazo, Magdalena!
Magdalena, como hipnotizada por Jeromín, no contesta. Los jóvenes ríen con la situación. Aldonza toma la palabra, acercándose a su hermano.
ALDONZA: (Aparte, a Pedro)
Me temo, Pedro, que Magda,
por misterios de la vida,
a más de recién llegada
está totalmente ida.
PEDRO: (Aparte, a Aldonza)
Ya veo, no digas nada:
será mucha Magdalena…
pero ahora está empanada.
Magdalena se acerca al caballo de Jeromín. Las mozas murmuran por la osadía de Magdalena de abordar directamente a Jeromín.
MAGDALENA: ¿Piensas estar en la silla
hasta que suenen las siete?
Descabalga ya, jinete,
que doy fe que en esta villa
es la gente de fiar.
No han de robarte el caballo.
Jeromín baja del caballo.
JEROMÍN: Como quiera usted mandar.
Me declaro su vasallo,
es una promesa en firme.
(Aparte, a Pedro, por Magdalena)
¿Se puede saber a quién
tengo gusto en dirigirme?
La moza está como un tren.
PEDRO: (Aparte, a Jeromín)
Vas muy rápido, truhán,
me pones en un apuro.
Te ruego que te refrenes.
Eso que dices, los trenes,
son una cosa que han
de inventar en el futuro.
Y lo que es en el presente
me da un poquito de grima
que te fijes en mi prima.
¿Es que acaso no hay más gente?
MAGDALENA: (A Jeromín) ¿Podré conocer, por fin,
quién montaba este… (despectivo) rocín?
JEROMÍN: Respondo por Jeromín.
MAGDALENA: Es un nombre que me suena…
(mira a Aldonza) por ninguna cosa buena.
Un salteador del amor,
que en amor no da la talla,
pues pica de flor en flor.
¿No serás tú ese canalla?
Murmullo de asombro entre toda la muchachada, pero Jeromín no se amilana y se acerca aún más a Magdalena.
JEROMÍN: Mi corazón, ay, mi dama,
come, bebe, reza y ama,
ama, come, bebe y reza
y vive por la belleza
si la belleza lo llama.
Y si unos ojos hermosos
a mi corazón inflaman,
él se entrega generoso.
Si eso es, mujer, ser canalla,
ante un canalla se halla.
ALDONZA: (Aparte, a Pedro)
¿Y dices que es de Madrid?
Pues vaya pico de oro
que se gastan en el foro.
PEDRO: (Aparte, a Aldonza)
Hay un pequeño matiz:
De la capital no es,
pero vivió en Leganés.
Pero sí: da envidia y rabia
su caradura y su labia.
Magdalena se acerca a Jeromín y quedan a pocos palmos de distancia mirándose embelesados sin pestañear.
MAGDALENA: Por tu mirada aventuro
que tu discurso es sincero
y no he de ponerle un pero.
Si alguien te llamó canalla,
se ha pasado, a buen seguro,
(marcando la palabra)
«caballero», de la raya.
JEROMÍN: ¿Así lo crees?
MAGDALENA: Te lo juro.
¿Podrás disculparme?
JEROMÍN: (Le pone un dedo sobre la boca)
Calla.
Parece que van a besarse. Suena música para acentuar la intensidad del momento. Pero de pronto surge una voz enérgica del balcón, que interrumpe la música y todo el clímax. Es don Alonso, tío de la joven y dueño y señor del palacio.
ALONSO: ¡Magdalena! ¡Suficiente!
¡A palacio de inmediato!
¡Váyase toda la gente!
PEDRO: (A Alonso) Los echo yo.
ALONSO: (Con otro registro) Gracias, chato.
(De nuevo, a voces)
¡Magdalena, ¿no respondes?!
PEDRO: (Al gentío) Hablo de parte del conde,
todos a casa a comer,
que aquí no hay nada que ver.
La gente empieza a salir de la plaza. Magdalena y Jeromín siguen mirándose como hipnotizados.
JEROMÍN: ¿Eres tú esa Magdalena
que en voz destemplada suena?
MAGDALENA: Magdalena, sí, soy yo
por quien reclama esa voz.
JEROMÍN: ¿Y no la obedeces?
MAGDALENA: No.
Tu mirada me encadena
con divina autoridad.
PEDRO: (Aparte) Pues está la cosa buena.
ALDONZA: (A Magdalena, por su padre)
Prima, que se va a enfadar.
ALONSO: Como baje, Magdalena…
Magdalena, como baje…
JEROMÍN: Es el nombre de mi tía.
(A Magdalena) Eso tendrá su mensaje…
(Pensando) Ella es tan dulce y tan bella…
MAGDALENA: Así es mi madre, tal cual.
Conocerla deja huella.
Tiene una luz especial,
una mirada serena
Y se llama…
ALONSO: (A grito pelado) ¡¡Magdalena!!
ALDONZA: (A Pedro, con temor)
La cuestión está que arde.
¡Se está calentando, padre,
y no sé de qué es capaz!
Ha subido el tono más
que el precio de la vivienda.
JEROMÍN: (A Magdalena, con emoción)
¡¡Magdalena!!
PEDRO: (A Aldonza) ¡Qué merienda
que tendremos esta tarde!
ALONSO: (A gritos) ¡No insisto más! ¡¡Magdalena!!
PEDRO: Van más de media docena.
¿Qué fue de las perrunillas?
ALDONZA: No puedo más, los separo.
(Se acerca a Magdalena)
Prima Magda, tenlo claro,
mi padre, si no obedeces,
es muy capaz de matarte.
MAGDALENA: Será más ruido que nueces.
ALDONZA: Mejor verlo en otra parte.
Aldonza agarra del brazo a Magdalena y se la lleva hacia la puerta del palacio. Magdalena no opone resistencia, pero no deja de mirar a Jeromín, quien susurra rimas con el nombre de Magdalena mientras la sigue como zombi.
JEROMÍN: Hueles como la azucena,
bellísima Magdalena,
limpia como la patena.
Si estás lejos, me da pena;
no verte es una condena.
Aldonza mete a Magdalena en palacio y cierra la puerta por fuera. Jeromín sigue susurrando.
JEROMÍN: Si quisieras, Magdalena,
el soltarte la melena…
ya mi vida sería plena.
Jeromín, obnubilado, abre la boca como para dar un beso a la puerta, en sustitución de una Magdalena que no está, pero en ese momento se abre la puerta, sale Alonso, y la boca de Jeromín topa con la barba del enfadado patriarca a quien no da tiempo a hacer la oportuna cobra. Ambos intentan zafarse, pero les cuesta.
PEDRO: (Para sí) ¡Esta escena ha dado un vuelco!
¡Se ha enganchado como el velcro
en las barbas de mi padre!
Por fin se separan.
ALONSO: ¡Mentecato!
JEROMÍN: (Asustado) ¡No me ladre!
ALONSO: (Sacudiéndose las babas de la barba)
No sé si sabrá usted, joven,
cuánto odio que me soben.
¡Y más si mi barba chupan!
JEROMÍN: ¡No era para usted mi beso,
si es lo que a usted le preocupa!
ALONSO: ¿Era para alguien mejor?
Explíqueme un poco eso.
JEROMÍN: Para la puerta, señor.
PEDRO: (Aparte, a Aldonza)
Va a meterse en un jardín
el pobre de Jeromín.
ALONSO: ¿Que a usted le gustan las puertas?
¿Mejor cerradas o abiertas?
¿Me cree usted un gili…puertas?
(Cambia tono) A mi inteligencia agrede.
Sé muy bien quién es usted,
pues su fama lo precede.
JEROMÍN: (Curioso) Pues diga vuesa merced:
¿qué es lo que dicen de mí?
ALONSO: Que además de Jeromín
su sobrenombre es don Juan,
pues tiene mucho trajín,
pero tan solo un afán.
JEROMÍN: Ya veo yo por dónde van.
Exageran un pelín.
ALONSO: Usted, que toma el amor
como si fuera «fast food»,
no ha de robar la virtud
ni ha de quitarle el honor
a la hija que mi hermana,
de acuerdo con mi cuñado,
ha dejado esta mañana
en palacio a mi cuidado.
JEROMÍN: No deje usted al albur
de habladurías, señor,
la impresión que ha de tomar
sobre mi modo de ser,
el de estar o el de vivir…
Tal vez cometí un error,
o quizá fueran un par,
¿qué quiere? ¡Somos del sur!
Pero todo eso fue ayer.
Hoy me puedo redimir.
ALONSO: Es usted insistente, leñe.
JEROMÍN: Yo la quiero de verdad,
deme una oportunidad.
ALONSO: Caballero, ¡ni lo sueñe!
Y no hablemos más, ¡ya basta!
Alonso entra en palacio y cierra de un portazo.
Entreacto 2-3 (3 personajes)
La pesadilla de Don Alonso: ¡Su cuñado Alvar!
En la cama, Inés y Alonso (tíos de Magdalena). Este, con su gorrito de dormir, apaga la luz y quiere abrazar a su esposa. Ella le frena.
Ambos dormirán, ella plácidamente, pero él tendrá una visita aterradora: ¡Su cuñado Alvar! (Padre de Magdalena)
INÉS: Mira, Alonso, para el carro.
ALONSO: ¿Qué pasa, que tengo sarro?
Venga, Inés, que eres mi esposa.
INÉS: Por eso yago contigo,
aunque en verdad me da cosa.
ALONSO: Comprenderte no consigo.
Inés prende una lámpara.
ALONSO: ¿Y por qué la luz enciendes?
INÉS: Si por no entenderte dudo
y mis dudas tú no entiendes,68
tendremos que arrojar luz
para que el lío remiendes.
ALONSO: (Para sí) ¡Por Jesucristo, qué cruz!
¿Qué te inquieta, cariñín?
INÉS: Esa exagerada inquina
que has cogido a Jeromín
y que afecta a tu sobrina,
porque quiere ser su novia.
ALONSO: Te lo he dicho, es por Alvar.
INÉS: Es absurda tu «alvar-fobia».
Siendo como sois familia,
él lo que te tiene es filia.
Ambos cónyuges se miran.
INÉS: El amor de juventud,
¿no recuerdas el primero?
Es ingenuo y es sincero,
no compromete virtud,
es motivo de alegría
y bueno pa’ la salud.
(Se despide) Buenas noches, vida mía.
Inés se da la vuelta en la cama y deja a Alonso con cara de ceder, pensando en lo que ha dicho.
ALONSO: (Para sí) Su argumento me convence…
Claro que no es infrecuente.
No es cosa que me avergüence
admitir que Inés de mente
es bastante inteligente.
Y ya me está interesando
seguir su loca propuesta
de ser un poco más blando
con esta sobrina nuestra.
Apaga. Se echa a dormir. Al instante suena un rayo seguido de un grito ronco y terrorífico. Alonso se despierta sobresaltado. Ante su cama irrumpe Alvar de Osorio vestido con armadura de guerra sujetando su enorme lanza de justas.
ALVAR: (Con ironía hostil) Buenas, Alonso, cuñado.
¿Acaso te he despertado?
ALONSO: Cuñado Alvar, ¡qué sorpresa!
¿Y qué te trae por aquí…
a un lugar tan personal?
ALVAR: Traigo un tema que me pesa
y que te concierne a ti.
ALONSO: Pues, Alvar, tú dirás cuál.
ALVAR: Andan diciendo en la plaza
que a mi niña Magdalena
una alimaña, una hiena,70
en tu pueblo ha dado caza
y le ha robado la flor.
¡¿Es eso cierto, traidor?!
ALONSO: ¿Flor? ¿Qué flor? No te entiendo, Alvar.
ALVAR: ¿Te lo tengo que explicar?
¡La flor es el virgo, memo!
¡Mentecato, majadero!
ALONSO: Entonces, mucho me temo…
ALVAR: ¡Lo mato! ¡No sé a qué espero!
ALONSO: (Se intenta excusar) Estuve encima de ella…
ALVAR: ¡¿Fuiste tú?! ¡Yo lo asesino!
ALONSO: ¡Alvar, no!
ALVAR: ¿Quién fue? ¿Un vecino?
¿Quién la sacó de doncella?
ALONSO: Yo siempre estuve pendiente,
pero ella, la verdad…
la chica no es muy obediente.
ALVAR: ¡Yo a ti te ensarto a tu catre
por ruin y por botarate!
La imagen hace suponer que Alvar le clava la lanza a Alonso por el culo.71
ALONSO: (Grita, no se sabe si de dolor o de miedo)
¡Aaaah!
¡Hazme lo que quieras, todo!
¡Arrástrame por el lodo,
y cuélgame mala fama!
¡Suelta si quieres un bulo
de un caso de corrupción,
pero, Alvar, ten compasión!
¡Desclávame de la cama,
saca el hierro de mi culo!
La escena se vuelve oscura.
ALONSO: ¡Auxilio, ayuda, socorro!
¡Me ha pinchao por todo el morro!
Inés se despierta y enciende la luz. No hay nadie. Todo ha sido un sueño de Alonso.
INÉS: ¿A qué esos gritos, querido?
ALONSO: ¿No lo ves? Que me han herido.
INÉS: Deja, Alonso, de soñar.
Fue todo una pesadilla.
ALONSO: Créeme, Inés, ha sido Alvar.
Todo por esa chiquilla.
INÉS: Y por tu dura mollera.72
ALONSO: (Épico) A Dios pongo por testigo
que quien quiera a mi sobrina
ha de vérselas conmigo,
que he de echarlo bien afuera
y que se pierda en la China.
I Concurso: Anímate con el verso de la leyenda.
Si os animáis a grabar un audio con la interpretación de cualquiera de los Fragmentos de leyenda, envíanos la grabación al mail de contacto de esta página, indicando los nombres (reales o atrtísticos) de los intérpretes y los nombres y apellidos reales de las dos personas que optarían al premio. Lógicamente por su peso escénico serán el intérprete del personaje Narrador en el primer fragmento, los intérpretes de Jeromín y Magdalena en el segundo y dos de los tres intérpretes de los tres personajes que entran en escena en el tercer fragmento.
La fecha tope para el envío de grabaciones será el 1 de Abril de 2022, y el jurado que seleccionará a los ganadores estará compuesto por tres actores profesionales: César Sarachu, Esperanza Elipe y Daniel Albadalejo, una productora teatral: Ana Ruiz y los dos autores de la obra teatral La Leyenda de La Magdalena de Pasarón de La Vera, valorando criterios artísticos y de actitud. Todas las grabaciones serán subidas a esta página y podrán ser disfrutadas por visitantes como vosotros. Son bienvenidas las grabaciones de vídeo, pero no serán valoradas por el jurado más que por el audio.
Si eres actor profesional con años de experiencia te rogamos que nos ayudes participando, todos agradeceremos muchísimo oír tu interpretación y eso nos ayudará a la difusión, pero nos parecería injusto que concurses de igual a igual con el resto de participantes, por lo que te pedimos que nos lo hagas saber en el mail. Gracias.
Sólo se entregará un único premio que consistirá en dos noches en el apartamento rural La casa de Las Pajaritas, en Pasarón de La Vera, con elección libre de fecha (excepto puentes), ajustándose previamente al calendario del establecimiento turístico.
Formato: Audio grabado en formato mp3. Envío (compartir) por mail a asociacionc.magdalena@gmail.com
¡Atrévete con el verso y dale un empujón a la leyenda!